El caos en Iraq y los intentos de la Casa Blanca de justificarlo dejaron de ser la noticia principal en Estados Unidos. Por lo menos durante un día, precisamente el pasado 4 de enero, cuando la Cámara de los Representantes fue palco de un momento histórico para la política y la sociedad del país. Por primera vez en 12 años, un congresista del Partido Demócrata asumía la presidencia de la Cámara. En este caso, la congresista Nancy Pelosi, la primera mujer a acceder a tal cargo. Las palabras que recuerdan la guerra, por todo ello, fueron sustituidas en el noticiario nacional por otras más conciliadoras.
“Acepto este martillo en el espíritu de sociedad, no lealtad. Con ilusión, espero seguir trabajando con la Cámara en favor de la gente americana. En esta casa, podemos pertenecer a partidos diferentes, pero servimos a un sólo país”, dijo Pelosi a los demás congresistas. El mensaje conciliatorio y sincero, teniendo en cuenta la espontaneidad de la legisladora, también fue un sutil recuerdo a los republicanos de que la Cámara de los Representantes deberá ser un vez más un espacio de diálogo.
Pese a que pocos electores la identifiquen como una de las personalidades políticas más importantes del país –ella lidera los demócratas en la Cámara desde 2002–, muchos de los que la vieron por la tele podrían haberse identificado con sus palabras. Delante de su esposo y nietos, presentes en la toma de posesión, la congresista de 66 años dijo palabras que iban dirigidas no sólo a los presentes, sino a todos los ciudadanos estadounidenses.
Los opositores no acaban de
aceptar que sea católica
y defienda el derecho al aborto
“Hoy hacemos historia –para el Congreso, y para las mujeres de América–. Es un momento por el cual hemos esperado hace más de 200 años. Nunca perdiendo la fe, esperamos lograr nuestros derechos a lo largo de muchos años de lucha. Para nuestras hijas y nietas, hoy hemos roto el techo de mármol. Para ellas, el cielo es el límite”. Concluida su toma, Pelosi saludó a cada uno de sus nietos, una imagen simbólica que, en un ambiente político dominado por las divergencias sobre una guerra, podría ser asumida también como un mensaje indirecto.
La infancia en la Little Italy de Baltimore, donde su hogar siempre estaba abierto a visitantes, contribuyó para la formación de un carácter tolerante. Su padre, Thomas D’Alesandro, que se convertiría en el alcalde de la ciudad, recibía a muchos invitados y no dispensaba un contacto cercano con los ciudadanos. Por todo ello, Pelosi tuvo contacto desde la infancia con diferentes personas y sus distintas formas de pensar. Su historial como legisladora empieza con la primera carrera hacia la Cámara de los Representantes en 1987. Desde entonces, legisla demostrando una elevada capacidad de negociación política, aprendida en parte con las experiencias vividas en su hogar de Baltimore.
La recepción de los legisladores durante la toma de posesión fue la más amigable posible, con ovaciones escuchadas más de una vez. La convivencia entre republicanos y demócratas durante los próximos meses, sin embargo, hará de esta bienvenida una excepción del momento. Las urgencias de cada grupo parlamentario son opuestas. Los demócratas legislarán para poner frenos a los excesos del partido opositor cuanto la invasión de Iraq, mientras que los Republicanos intentarán dar sentido a su plano de gobierno después de la derrota en las legislativas del pasado noviembre. Tras la pérdida en las urnas, el partido del presidente George W. Bush tuvo limitadas sus acciones en las dos Cámaras del Congreso.
100 horas de trabajo
Para demostrar su intención de concretar una renovación de los temas debatidos, Pelosi imprimió un ritmo acelerado durante su primera semana de trabajo. Ella incluso presentó una agenda de actividades para sus primeras 100 horas de trabajo, equivalentes a dos semanas legislativas. Pese a las primeras reacciones de los opositores, que no acaban de aceptar que la legisladora sea católica y a la vez defienda el derecho al aborto, creó una comisión que discutirá y analizará cuestiones relacionadas al cambio climático, tema tabú en Estados Unidos. También manifestó su intención de dedicar especial atención a propuestas relacionadas con el sistema de salud estadounidense (Medicare). Pero la oposición ya demuestra disponibilidad para desviar los debates a otros temas.
La minoría republica exige de la legisladora que presente documentación que pruebe que una empresa de Washington no pagó por su viaje (y de otros congresistas demócratas) a Puerto Rico en 2001. “Nosotros sentimos que tales cuestiones minan la integridad de la institución y esperamos [que las preguntas] sean aclaradas lo antes posible”, declararon los republicanos Patrick T. McHenry y Lynn Westmoreland. Los republicanos también han dicho públicamente que no aceptarán que sus propuestas caigan en el olvido, lo que no deja de ser una acción meramente política y prevista. Aunque haya hecho historia y recibido una buena acogida, Pelosi deberá legislar en medio a una oposición interesada en preservar los intereses de la actual legislatura y una mayoría demócrata que recupera el mando de la Casa tras más de una década sin margen de decisión.
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