lunes, 14 de agosto de 2006

En el futuro la banca española ofrecerá servicios a empresas y clientes privados chinos

Pekín tendrá que liberalizar el sector financiero el próximo año, según lo firmado en la OMC. La liberalización, sin embargo, es una incógnita debido al grado de restricciones impuestas hoy por hoy a las entidades. Si todo va bien, la previsión es de oportunidades en los sectores de banca al consumo y banca de pymes.

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Las empresas españolas están descubriendo el mercado chino. Lo hacen con retraso respecto las competidoras inglesas, francesas y alemas, pero poco a poco fortalecen su presencia. Los datos del Instituto Español de Comercio Exterior (Icex) dan constancia de ello, situando la sexta economía mundial como el 15º principal destino de la exportación de España, con un volumen de negocios de 420,5 millones de euros, por encima de Japón, Rusia y Brasil. En este proceso de descubierta, las sociedades españolas (sólo se contabilizan unas 300 compañías) llevan consigo la banca, que no quiere perder clientes debido a la inhabilidad de ofrecerles servicios también en China.

“Los bancos y cajas van hacia donde están sus clientes”, recuerda con precisión Amadeo Jensana, director del Círculo de Negocios de Casa Asia. Los ejemplos no son pocos. Caja Madrid mantiene una oficina de asesoramiento y consultoría financiera en sociedad con una empresa filial del gobierno chino, cuyas actividades básicas incluyen desde identificar proyectos de inversión en el mercado local hasta la búsqueda de socios para empresarios españoles, pasando por el asesoramiento en operaciones de privatizaciones de empresas estatales chinas. La Caixa, a su vez, ha decido desembarcar con más cautela, contando con el apoyo del Consorcio de Promoción Comercial de Cataluña (Copca). Los objetivos: anticipar pagos a los empresarios que exporten o importen productos de China y financiar inversiones a largo plazo.

Bancaja ha abierto una oficina en Shangai en sociedad con el Bank of China, destinada a avalar operaciones de inversión directa y ofrecer productos de comercio exterior, mientras el Banc Sabadell mantiene las oficinas de Shangai, Pekín y Hong Kong, apostando por el asesoramiento para el comercio entre China y América Latina. “Las operaciones son limitadas todavía, una vez que el volumen de negocios comerciales es inexpresivo. Pero los bancos y cajas españoles tienen una gran oportunidad porque sus servicios son considerados los mejores del mundo”, agrega Jensana.

Capacidad de adaptación

El sector bancario chino, sin embargo, impone restricciones particulares, además de exigir una cierta capacidad de adaptación. Las entidades extranjeras no pueden captar clientes chinos, por ejemplo, además de lidiar con las limitaciones impuestas por el rígido sistema de paridad y convertibilidad de la moneda china. La apertura de nuevas oficinas tampoco depende meramente de las decisiones de las entidades extranjeras. Es decir, el marco legal sigue imponiendo barreras. La entrada de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC) obligará al país a liberalizar el sector en 2007, lo que supondrá un cambio. Aún así, no está claro si Pekín seguirá lo que prevé en convenido con la OMC.

“El sector bancario chino
impone restricciones
particulares y exige
capacidad de adaptación”


“El sector está abriéndose poco a poco, según lo firmado y acordado el los capítulos relativos a la banca dentro las negociaciones de la OMC. Se supone que a partir de enero de 2007 la apertura debería ser total, pero lo que se cree es que cambiarán las reglas del juego, pero sin dar lugar a una completa liberalización, sino que las nuevas reglas seguirán protegiendo, en parte, a la banca local de la ‘amenaza’ que supone la presencia de la banca extranjera, mas eficiente, para la banca local”, señala Guillermo Díaz Sevilla, del Banc Sabadell en Shangai.

Por todo ello, añade Sevilla, el sector bancario chino presenta menos dinamismo, debido en gran parte a la falta de profesionalidad de los empleados, “que apenas saben lo que se puede y lo que no se puede hacer”. De ahí que tener un socio local sea una opción atrayente a la hora de operar en el país, tanto por la necesidad de conocimiento del sector como por el fortalecimiento de la imagen institucional asociada a un banco local. “Es importante tener aliados en China. Por las operaciones que los bancos españoles realizan, principalmente la financiación de las exportaciones, las entidades necesitan de socios”, observa Jensana.

Volumen de mercado

Pese a las dificultades, las expectativas son optimistas. China no es sólo un país de 1.300 millones de habitantes y muchos clientes en potencial, sino también un mercado en proceso de apertura a la economía mundial. Pese a las dudas sobre el grado de la liberalización del sector financiero, se prevé oportunidades para la banca española. “China conocerá un desarrollo sin precedentes en todos los sectores de la banca, pero los que más se desarrollarán serán la banca al consumo y la banca de pymes. La banca privada, sin duda, vendrá en tercer lugar”, añade Sevilla.

La previsión es que en el futuro la banca española ofrezca servicios también a empresas y clientes privados chinos, aprovechándose del volumen de mercado. La expectativa es bastante grande, pero todo dependerá, no hay que olvidar, del compromiso de Pekín con la OMC. “A la larga, será un mercado bastante liberalizado y se espera que los bancos extranjeros puedan operar bajo las mismas condiciones de las entidades chinas”, agrega Jensana.

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