La costa del Mediterráneo, Larache, Agadir, Tan Tan y El Jadida están abiertas a socios extranjeros. Los grupos españoles realizan sus primeras incursiones en el mercado vecino atraídos no sólo por su potencial, sino también por la firme decisión de las autoridades locales de atraer negocios.
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Los grupos inmobiliarios españoles han alzado el vuelo hacia nuevos dominios. Tras seguidos años de buenos negocios realizados en casa, la estrategia ahora es conquistar mercado en territorios extranjeros. España aún ofrece oportunidades, pero también una mayor competitividad. De ahí la apuesta por otros frentes, sin la necesidad de dar un gran salto. “Las estrategias son bastante diversificadas, pero sí que Marruecos es visto a día de hoy como Almería, es decir, donde se puede construir barato para vender después a clientes con elevado poder de compra, como los ingleses, franceses y nórdicos”, señala Rúben García, gerente del Club de Inversiones Inmobiliarias Romanza.
A los intereses de las empresas de expandir el negocio hay que sumar la búsqueda de socios por parte del gobierno marroquí, firmemente interesado en sacar beneficios del sector turístico por medio del fomento de proyectos inmobiliarios en cinco principales zonas del país: la costa del Mediterráneo, Larache, Agadir, Tan Tan y El Jadida. Los mayores objetivos (más que ambiciosos, según las fuentes consultadas) son alcanzar 10 millones de turistas hacia 2010 (eran 4,68 millones en septiembre de 2005) y aumentar la capacidad de alojamiento de 80.000 a 230.000 camas en el mismo período. Del mismo modo, se espera que la aportación del turismo al Producto Interior Bruto ascienda del 7% hasta el 20% en 2010. Por ello, el Reino ha decidido vender el suelo que posee en las cinco zonas determinadas.
“El gobierno del país es el único que está vendiendo el suelo de manera transparente. Además, las autoridades organizan visitas a las zonas. La inversión en Marruecos es positiva porque es un país vecino, estratégico y que está invirtiendo en las infraestructuras y en el sector industrial”, apunta Víctor Sánchez, director general de Tercialia. La unión de intereses se refleja en las relaciones comerciales de los dos países. El pasado diciembre, España se posicionó por primera vez como primer país inversor en Marruecos, por delante de Francia. Las inversiones del pasado año sumaron los 2.000 millones de euros, provenientes principalmente de los sectores inmobiliarios y de telefonía. “Los beneficios de estas inversiones son la contratación de la mano de obra y la generación de recursos en el sector de turismo”, asegura Sakina Buhsina, directora de la Oficina de Turismo de Marruecos en Barcelona.
"La cercanía geográfica,
el buen clima y los precios
asequibles son algunas
de las ventajas"
Mano de obra barata
Sólo la constructora Fadesa invirtió casi mil millones de euros en la estación balnearia de Saïdia, cerca de Nador. El mismo grupo se prepara ahora para la construcción de un segundo complejo residencial de lujo en Kabila. La inversión, en este caso, será de 150 millones. Según fuentes de Fadesa, Marruecos es un país con mucho potencial y un gran recorrido en términos turístico e inmobiliario. Además del reducido coste de la mano de obra, las principales ventajas del país serían la cercanía geográfica y simbólica, el buen clima, los precios asequibles y el potencial de revalorización. La compañía, sin embargo, no quiso divulgar sus previsiones de valorización del suelo.
Marina d'Or, a su vez, construirá para el mercado interior 6.300 viviendas de protección oficial (de las cuales el 20% serán de bajo coste) en la recién creada ciudad de Tamesna, a las afueras de Rabat. La inversión será de cerca de 148 millones de euros. La Asociación de Promotores Inmobiliarios y Agentes Urbanizadores de Valencia y Med Valencia (entidad dependiente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de la Comunidad Valenciana) definió recientemente con el Ejecutivo marroquí los detalles de la construcción de toda una población junto a Marrakech, donde se construirán más de 30 mil viviendas.
Pero hay quien prefiere esperar. Es el caso de Iberdrola Inmobiliaria, cuya estrategia sigue siendo España. Paula Rodríguez, portavoz de la empresa, señala que “todavía hay mercado interior”. Según ella, la compañía considera Marruecos un destino para el largo plazo. “Nosotros todavía estamos actuando con bastante tranquilidad”, señala. Según Rubén García, las principales elecciones de diversificación de las empresas españolas son: seguir apostando en otras zonas del mercado español, donde todavía hay espacio para invertir; internacionalizar hacia Europa del Este y Marruecos porque ahí el margen es mayor; o extender la actuación hacia otros sectores. “Algunos grandes grupos, sin embargo, prefieren invertir en Francia e Inglaterra, donde encuentran mayores beneficios fiscales debido a la legislación vigente”, agrega.
"La infraestructura deficiente
y la falta de calificación
profesional preocupan a
los inversores"
Carreteras sin asfaltar
Las deficiencias del mercado marroquí, sin embargo, impiden un mayor flujo de inversiones. El país cuenta con una red de carreteras de 64.000 quilómetros, de las cuales sólo 19.500 están asfaltadas y señalizadas. Los nueve aeropuertos internacionales principales demuestran una capacidad limitada, con un tráfico anual de pasajeros de cerca de 7,5 millones de personas (el tráfico de Madrid-Barajas supera los 42 millones de pasajeros). La falta de calificación de los profesionales del turismo y de otros sectores también preocupa a los inversores. “Los profesionales son bastante limitados, lo que se refleja en tramitaciones lentas. En el caso de un inversor pequeño o mediano, le cuesta encontrar buenos abogados, por ejemplo”, apunta Víctor Sánchez.
El directivo, sin embargo, recuerda que el gobierno marroquí está invirtiendo tanto en la infraestructura como en la industria. Un ejemplo, señala, es la ampliación del puerto de Tánger, que intensificará las relaciones comerciales del país con los mercados europeos. Para él, las limitaciones no deberán frenar una mayor presencia de los grupos españoles en Marruecos. “El país es bastante receptivo. De hecho, Marruecos es un lazo más de Europa”, concluye. Lo que Paula Rodríguez, de Iberdrola Inmobiliaria, resume en otras palabras: “Sabemos que invertir en Marruecos es lo que muchas inmobiliarias tendrán que hacer en el futuro”.
lunes, 28 de agosto de 2006
lunes, 14 de agosto de 2006
En el futuro la banca española ofrecerá servicios a empresas y clientes privados chinos
Pekín tendrá que liberalizar el sector financiero el próximo año, según lo firmado en la OMC. La liberalización, sin embargo, es una incógnita debido al grado de restricciones impuestas hoy por hoy a las entidades. Si todo va bien, la previsión es de oportunidades en los sectores de banca al consumo y banca de pymes.
Noticias.com
Las empresas españolas están descubriendo el mercado chino. Lo hacen con retraso respecto las competidoras inglesas, francesas y alemas, pero poco a poco fortalecen su presencia. Los datos del Instituto Español de Comercio Exterior (Icex) dan constancia de ello, situando la sexta economía mundial como el 15º principal destino de la exportación de España, con un volumen de negocios de 420,5 millones de euros, por encima de Japón, Rusia y Brasil. En este proceso de descubierta, las sociedades españolas (sólo se contabilizan unas 300 compañías) llevan consigo la banca, que no quiere perder clientes debido a la inhabilidad de ofrecerles servicios también en China.
“Los bancos y cajas van hacia donde están sus clientes”, recuerda con precisión Amadeo Jensana, director del Círculo de Negocios de Casa Asia. Los ejemplos no son pocos. Caja Madrid mantiene una oficina de asesoramiento y consultoría financiera en sociedad con una empresa filial del gobierno chino, cuyas actividades básicas incluyen desde identificar proyectos de inversión en el mercado local hasta la búsqueda de socios para empresarios españoles, pasando por el asesoramiento en operaciones de privatizaciones de empresas estatales chinas. La Caixa, a su vez, ha decido desembarcar con más cautela, contando con el apoyo del Consorcio de Promoción Comercial de Cataluña (Copca). Los objetivos: anticipar pagos a los empresarios que exporten o importen productos de China y financiar inversiones a largo plazo.
Bancaja ha abierto una oficina en Shangai en sociedad con el Bank of China, destinada a avalar operaciones de inversión directa y ofrecer productos de comercio exterior, mientras el Banc Sabadell mantiene las oficinas de Shangai, Pekín y Hong Kong, apostando por el asesoramiento para el comercio entre China y América Latina. “Las operaciones son limitadas todavía, una vez que el volumen de negocios comerciales es inexpresivo. Pero los bancos y cajas españoles tienen una gran oportunidad porque sus servicios son considerados los mejores del mundo”, agrega Jensana.
Capacidad de adaptación
El sector bancario chino, sin embargo, impone restricciones particulares, además de exigir una cierta capacidad de adaptación. Las entidades extranjeras no pueden captar clientes chinos, por ejemplo, además de lidiar con las limitaciones impuestas por el rígido sistema de paridad y convertibilidad de la moneda china. La apertura de nuevas oficinas tampoco depende meramente de las decisiones de las entidades extranjeras. Es decir, el marco legal sigue imponiendo barreras. La entrada de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC) obligará al país a liberalizar el sector en 2007, lo que supondrá un cambio. Aún así, no está claro si Pekín seguirá lo que prevé en convenido con la OMC.
“El sector bancario chino
impone restricciones
particulares y exige
capacidad de adaptación”
“El sector está abriéndose poco a poco, según lo firmado y acordado el los capítulos relativos a la banca dentro las negociaciones de la OMC. Se supone que a partir de enero de 2007 la apertura debería ser total, pero lo que se cree es que cambiarán las reglas del juego, pero sin dar lugar a una completa liberalización, sino que las nuevas reglas seguirán protegiendo, en parte, a la banca local de la ‘amenaza’ que supone la presencia de la banca extranjera, mas eficiente, para la banca local”, señala Guillermo Díaz Sevilla, del Banc Sabadell en Shangai.
Por todo ello, añade Sevilla, el sector bancario chino presenta menos dinamismo, debido en gran parte a la falta de profesionalidad de los empleados, “que apenas saben lo que se puede y lo que no se puede hacer”. De ahí que tener un socio local sea una opción atrayente a la hora de operar en el país, tanto por la necesidad de conocimiento del sector como por el fortalecimiento de la imagen institucional asociada a un banco local. “Es importante tener aliados en China. Por las operaciones que los bancos españoles realizan, principalmente la financiación de las exportaciones, las entidades necesitan de socios”, observa Jensana.
Volumen de mercado
Pese a las dificultades, las expectativas son optimistas. China no es sólo un país de 1.300 millones de habitantes y muchos clientes en potencial, sino también un mercado en proceso de apertura a la economía mundial. Pese a las dudas sobre el grado de la liberalización del sector financiero, se prevé oportunidades para la banca española. “China conocerá un desarrollo sin precedentes en todos los sectores de la banca, pero los que más se desarrollarán serán la banca al consumo y la banca de pymes. La banca privada, sin duda, vendrá en tercer lugar”, añade Sevilla.
La previsión es que en el futuro la banca española ofrezca servicios también a empresas y clientes privados chinos, aprovechándose del volumen de mercado. La expectativa es bastante grande, pero todo dependerá, no hay que olvidar, del compromiso de Pekín con la OMC. “A la larga, será un mercado bastante liberalizado y se espera que los bancos extranjeros puedan operar bajo las mismas condiciones de las entidades chinas”, agrega Jensana.
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Las empresas españolas están descubriendo el mercado chino. Lo hacen con retraso respecto las competidoras inglesas, francesas y alemas, pero poco a poco fortalecen su presencia. Los datos del Instituto Español de Comercio Exterior (Icex) dan constancia de ello, situando la sexta economía mundial como el 15º principal destino de la exportación de España, con un volumen de negocios de 420,5 millones de euros, por encima de Japón, Rusia y Brasil. En este proceso de descubierta, las sociedades españolas (sólo se contabilizan unas 300 compañías) llevan consigo la banca, que no quiere perder clientes debido a la inhabilidad de ofrecerles servicios también en China.
“Los bancos y cajas van hacia donde están sus clientes”, recuerda con precisión Amadeo Jensana, director del Círculo de Negocios de Casa Asia. Los ejemplos no son pocos. Caja Madrid mantiene una oficina de asesoramiento y consultoría financiera en sociedad con una empresa filial del gobierno chino, cuyas actividades básicas incluyen desde identificar proyectos de inversión en el mercado local hasta la búsqueda de socios para empresarios españoles, pasando por el asesoramiento en operaciones de privatizaciones de empresas estatales chinas. La Caixa, a su vez, ha decido desembarcar con más cautela, contando con el apoyo del Consorcio de Promoción Comercial de Cataluña (Copca). Los objetivos: anticipar pagos a los empresarios que exporten o importen productos de China y financiar inversiones a largo plazo.
Bancaja ha abierto una oficina en Shangai en sociedad con el Bank of China, destinada a avalar operaciones de inversión directa y ofrecer productos de comercio exterior, mientras el Banc Sabadell mantiene las oficinas de Shangai, Pekín y Hong Kong, apostando por el asesoramiento para el comercio entre China y América Latina. “Las operaciones son limitadas todavía, una vez que el volumen de negocios comerciales es inexpresivo. Pero los bancos y cajas españoles tienen una gran oportunidad porque sus servicios son considerados los mejores del mundo”, agrega Jensana.
Capacidad de adaptación
El sector bancario chino, sin embargo, impone restricciones particulares, además de exigir una cierta capacidad de adaptación. Las entidades extranjeras no pueden captar clientes chinos, por ejemplo, además de lidiar con las limitaciones impuestas por el rígido sistema de paridad y convertibilidad de la moneda china. La apertura de nuevas oficinas tampoco depende meramente de las decisiones de las entidades extranjeras. Es decir, el marco legal sigue imponiendo barreras. La entrada de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC) obligará al país a liberalizar el sector en 2007, lo que supondrá un cambio. Aún así, no está claro si Pekín seguirá lo que prevé en convenido con la OMC.
“El sector bancario chino
impone restricciones
particulares y exige
capacidad de adaptación”
“El sector está abriéndose poco a poco, según lo firmado y acordado el los capítulos relativos a la banca dentro las negociaciones de la OMC. Se supone que a partir de enero de 2007 la apertura debería ser total, pero lo que se cree es que cambiarán las reglas del juego, pero sin dar lugar a una completa liberalización, sino que las nuevas reglas seguirán protegiendo, en parte, a la banca local de la ‘amenaza’ que supone la presencia de la banca extranjera, mas eficiente, para la banca local”, señala Guillermo Díaz Sevilla, del Banc Sabadell en Shangai.
Por todo ello, añade Sevilla, el sector bancario chino presenta menos dinamismo, debido en gran parte a la falta de profesionalidad de los empleados, “que apenas saben lo que se puede y lo que no se puede hacer”. De ahí que tener un socio local sea una opción atrayente a la hora de operar en el país, tanto por la necesidad de conocimiento del sector como por el fortalecimiento de la imagen institucional asociada a un banco local. “Es importante tener aliados en China. Por las operaciones que los bancos españoles realizan, principalmente la financiación de las exportaciones, las entidades necesitan de socios”, observa Jensana.
Volumen de mercado
Pese a las dificultades, las expectativas son optimistas. China no es sólo un país de 1.300 millones de habitantes y muchos clientes en potencial, sino también un mercado en proceso de apertura a la economía mundial. Pese a las dudas sobre el grado de la liberalización del sector financiero, se prevé oportunidades para la banca española. “China conocerá un desarrollo sin precedentes en todos los sectores de la banca, pero los que más se desarrollarán serán la banca al consumo y la banca de pymes. La banca privada, sin duda, vendrá en tercer lugar”, añade Sevilla.
La previsión es que en el futuro la banca española ofrezca servicios también a empresas y clientes privados chinos, aprovechándose del volumen de mercado. La expectativa es bastante grande, pero todo dependerá, no hay que olvidar, del compromiso de Pekín con la OMC. “A la larga, será un mercado bastante liberalizado y se espera que los bancos extranjeros puedan operar bajo las mismas condiciones de las entidades chinas”, agrega Jensana.
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